domingo, 6 de marzo de 2016

XII. EL CIUDADANO Y EL EXTRANJERO



El ciudadano en que tenia parte en el culto de la ciudad, derivándose   de esta participación todos sus derechos civiles y políticos, y entendiéndose, naturalmente, que renunciara al culto era lo mismo que renunciar a sus derechos. en atenas el que no tomaba parte en la fiesta de los Dioses nacionales perdía el derecho de la cuidad; y en Roma era indispensable haberse hallado presente en las ceremonias santa de la lustración para disfrutar de los derechos políticos, dejando de ser ciudadano hasta el lustro siguiente el individuo que no había asistido y participado de las preces comunes y del sacrificio.
El ciudadano. por el contrario, extranjero es el que no tiene acceso al culto y no goza de la protección de los Dioses de la ciudad ni tiene derecho a invocarlos; por que los dioses nacionales no aceptan preces ni ofrendas mas que los ciudadanos y rechazan al extranjero, estándoles prohibida la entrada en sus templos y siendo un sacrilegio su presencia durante el sacrificio.
ni en roma ni en atenas podía se el extranjero propietario ni casarse, so pena de que no fuese reconocido matrimonio y sus hijos reputados como bastardos. no podía contratar con ninguno ciudadano, o al menos la ley no daba valor alguno a semejante contrato.

XIII. EL PATRIOTISMO, EL DESTIERRO:  la palabra patria significa entre los antiguos tierra de los padres y la de cada individuo era la parte del suelo que había santificado su religión domestica o nacional, la tierra en que descansaban los huesos de sus mayores, que ocupaban sus almas. estado, ciudad, patria, no eran palabras abstractas como entre los modernos: representaban realmente un conjunto de divinidades locales con su culto diario y con creencias muy poderosas para el alma. así se explica el patriotismo de los antiguos sentimiento enérgico que era para ellos la suprema virtud y en que venían a refundirse todas las otras.
 la patria tenia al individuo sujeto con un vinculo sagrado; debía amarla como se ama a la religión y obedecerla como se obedece a Dios. el destierro era propiamente la interdiccion  del culto. desterrar a uno era, segun la formula usada igualmente por los griegos y romanos, prohibiéndole el juego y el agua, entendiéndose por este juego el sagrado del hogar y por el agua la lustral que servia para los sacrificios.





















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